El rostro del abstencionismo en México tiene cara de hombre, entre los 20 a 29 años de edad, que vive en comunidades urbanas ubicadas en el noroeste del país, con escolaridad media o media superior.
Este mexicano tiene poca confianza en que el voto es libre y secreto y considera que los gobiernos y partidos utilizan recursos públicos para ganar votos, que es extendida la costumbre de compra de votos el día de la jornada electoral, y que las personas con poder económico compran las elecciones.
Mientras tanto, el rostro de la discriminación política tiene cara de mujer, pues son tres veces más discriminadas que un hombre, reveló la Estrategia Nacional de Educación Cívica del INE 2024-2026, que agrega a 44 distritos con población indígena dentro de los grupos más discriminados, así como a los mexicanos residentes en el extranjero y los grupos de la diversidad sexual.
En adición, las infancias en educación básica no están recibiendo la información necesaria sobre la democracia y elecciones, ni el desarrollo de competencias democráticas requeridas para mejorar la educación cívica en el país, indica el diagnóstico realizado por el INE para definir sus estrategias de los próximos dos años.
Por lo anterior, estos grupos son la población objetivo de la Educación Cívica del INE, así como los vocales de capacitación y educación cívica de Juntas locales y distritales del propio Instituto, a fin de “contribuir al incremento de conocimientos, desarrollo de habilidades y actitudes, a través de la implementación de procesos formativos y del impulso de la participación para consolidar una ciudadanía integral”, planteó el INE.
El pasado 27 de febrero, el Consejo General del Instituto aprobó esta nueva Estrategia Nacional, para avanzar en la participación democrática de los mexicanos.
Luego de analizar la participación electoral desde 2009, el INE asegura que los hombres votan en menor proporción que las mujeres, siendo esto uno de los datos más constantes en todos los procesos electorales.
En adición, la población de entre 19 y 29 años es la que vota por debajo del promedio general en cualquier tipo de elección.
Este grupo de edad, tiene los más altos porcentajes de desconfianza sobre la secrecía y libertad para votar, además de que comparten en mayor medida la creencia de las elecciones se definen por el uso de recursos públicos por parte de los gobiernos, la compra y coacción del voto en las casillas, así como por la compra de los resultados por parte de personas con mayores recursos económicos.
También se encontró que las personas que viven en secciones urbanas votan menos que quienes viven en secciones rurales.
Según estadísticas del voto proporcionadas por el INE en su diagnóstico, algunos de los distritos con mayor cantidad de jóvenes varones abstencionistas se encuentran en los distritos de Mérida, Yucatán (62.8% de abstencionismo) Cárdenas y Villahermosa en Tabasco (62.6%), seguido de Ciudad del Carmen, Campeche (58%).
Si bien estos distritos del sur tienen los porcentajes más altos, el norte y noroeste del país suman 18 distritos electorales con mayor cantidad de hombres jóvenes que se abstienen de votar.
Por estas razones, el INE concluye que “esta perspectiva en la población juvenil representa un área de oportunidad para la construcción de ciudadanía y cultura democrática. Es necesario abordar este déficit a través de la educación cívica y la formación ciudadana para asegurar y fortalecer no sólo la confiabilidad del proceso electoral y la secrecía del voto en las siguientes generaciones, sino también su participación electoral como base de una participación extendida a otros ámbitos públicos”.
La discriminación hacia las mujeres es tres veces mayor que la que pueden experimentar los hombres debido a que más del 30% de población mayor de 15 años está de acuerdo con la idea de que “la familia de las mujeres debe decidir si puede participar en política”, o, el 11% está “muy de acuerdo con que “la mayoría de las mujeres no tienen educación o habilidades políticas por lo que un hombre debe decidir por ella” y, casi el 20% considera que “los hombres están mejor calificados para ser líderes políticos que las mujeres”.
En tanto, 22.1% de los hombres mayores de 18 años no estaría de acuerdo con que una persona trans asumiera la Presidencia de la República, mientras que el 2% de mujeres mayores de edad, no aceptaría que una mujer gane la Presidencia.
El INE menciona una evaluación de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación en México, en la que se concluye que “la actual generación de niñas, niños y jóvenes que estudian la primaria y la secundaria carecen de dominio sobre conceptos como justicia, democracia y apego a la legalidad”, ya que el mayor porcentaje de aprendizaje sobre estos temas está en segundo de primaria (57.1%) pero a partir del tercer año de primaria el manejo de estos temas disminuye a 33% en quinto año y 37.4% al terminar la secundaria.
Luego del diagnóstico, el INE consideró que hay que trabajar en tres rubros: el aumento en el nivel de conocimientos sobre la participación ciudadana, el desarrollo de habilidades para la participación en la sociedad y el cambio de actitudes hacia la participación ciudadana.
“Esta construcción de ciudadanía debe poseer un enfoque formativo e informativo; una constante articulación del conocimiento, el pensamiento crítico, la aplicación de los valores, la participación y la acción comunitaria; así como considerar los enfoques educativos vigentes, a fin de contribuir en la generación de sinergias en la formación integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes”, apunta el Instituto Nacional Electoral.